Por lo visto y expuesto, Pepsi no le halla la cuadratura al círculo.
En el post del martes de esta semana, dispuse un ejercicio de sondeo de opinión respecto de la nueva imagen que Pepsi lanzó en nuestro país el pasado diciembre.
Antes de dar cabida a los resultados de mi sondeo, quiero señalar que aún cuando la identidad de los respondientes no tenía referentes, en su mayoría son personas arriba de los 20 años con usos y costumbres de consumo ya arraigadas en temas de bebidas. Motivo por el cuál los datos que derivan no me resultan tan sorprendentes.
Aquí los datos:
Al 85% de los encuestados les gusta más la nueva imagen de Pepsi. Definitivo, la tendencia minimalista y globalizante de los logotipos de este tiempo genera una mayor empatía.
El 70% de los respondientes no sienten una identificación con la nueva imagen. Es decir, gusta pero no hace la conexión suficiente entre el rango de edad. Las respuestas que se ubicaron en este sector son que no termina de convencer o bien, que sienten poca identificación.
No obstante y reforzando lo anterior, la calificación promedio que hacen del nuevo logo es de 8.69 en una escala de 10. El logotipo aprueba, falta el engagement que redunde en un apasionamiento hacia la marca.
Y el color dentro del sondeo lo ofrece la emoción que provoca cuando se observa el nuevo logo. Al 58% de los respondientes les provoca sorpresa. Los comentarios que se vertieron en el post son respecto a la aceptación de la idea a que Pepsi busque ser competitiva en un mercado dominado por Coca Cola. Agrada el ánimo de la marca de la sonrisita por pretender ganar mercado. De ahí la sorpresa.
El punto central del post de la semana era saber hasta qué grado una táctica de relanzamiento de marca a través del rediseño de un logotipo lleva al consumo del producto. En definitiva, esa posibilidad es absolutamente nula.
¿Por qué? No quiero pasar de simplista, sin embargo a esta impecable ejecución de rediseño le hace falta los drivers que los consumidores poseen respecto del mercado, de la marca y de sí en la interrelación con ambos. Para luego llevarlos a sus últimas consecuencias en la búsqueda de la participación de mercado.
Bien apuntaba uno de los comentarios: quizá la apuesta que Pepsi esté haciendo vaya en el sentido de los mini consumidores –los niños-. Habría que bajar hacia ellos y conocer sus percepciones y así confirmar o rechazar la intuición que nos está dominando.
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ResponderEliminarEs una buena idea entrar en el mundo de los niños, sin embargo, tal vez nos encontremos con un circulo vicioso; no hay fundamento estadístico para sustentarlo, pero me atrevo a sustentarlo con lo observado en mi vida cotidiana desde que tengo memoria: Los padres estan inmersos en un color rojo y un sabor peculiar de coca cola, y eso lo transmiten de manera inconciente en la educacion y cultura de los hijos. Pepsi ha buscado entrar en nuevas generaciones jovenes, supongo que de ahi el slogan de "generation next", pero al parecer con cada rediseño de su imagen, esta esperando ver nacer a la generación que la hara triunfar sobre coca cola, pero no toma en cuenta que esa generación de jovenes ya nació y ya fue educada. Considero una buena opción el gambling por el mundo de los niños, ellos estan naciendo, estan siendo educados, solo hay que seguir luchando contra los padres.
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