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lunes, 8 de septiembre de 2014

Los logotipos, ¿tienen que gustar?

El caso del cambio del logo del Tec de Monterrey y la furia que desató en las redes sociales.

Hace casi un mes, el 11 de agosto para ser exactos, se realizó el lanzamiento del nuevo logotipo del Tecnológico de Monterrey. Un hecho que causó revuelo en las redes sociales de quienes forman parte de la comunidad de dicha universidad, podríamos pensar que fue un acto viral. En realidad no lo fue tanto, porque sólo permeó entre quienes tienen un sentido de pertenencia a la institución de la sultana del norte.


De entrada se tomó como un cambio rotundo, una ejecución que, de haber sido, hubiera sido un verdadero acto en contra de toda estrategia vista a nivel mundial. Los miembros de la comunidad del Tec –los exatecs- montaron, lo menos, en cólera y desilusión y otros más en dolor por la pérdida que representaba el escudo por todos conocido.
Particularmente y como profesional en la construcción de marcas, considero que el “logotipo” del círculo, los laureles, los matraces y los engranes (sólo por mencionar los elementos más identificables) es una imagen muy compleja de digerir y difícil de recibir el mensaje completo.

En los tiempos actuales, los mensajes tienen que ser mucho más dirigidos, mucho más precisos y quirúrgicamente orientados a los públicos futuros. Es decir, dudo que el logotipo tradicional generara engagement y awareness con los chicos de secundaria y preparatoria del 2014. Los millenials son mucho más simples y demandan de comunicación veraz desde el primer momento. Por un lado.

Por el otro, tenemos una cuestión irrenunciable. La tendencia en el mercado. Desde hace varios años ya, hemos sido testigos de la modificación en sus “caras” por parte de las universidades más importantes tanto en México como en el resto del mundo. Y es aquí donde debemos poner mayor atención. Si el mercado está nominando de cierta manera a determinada marca, ¿para qué terquear contra ellos? Lo hizo la Universidad Iberoamericana al exponerse, desde hace un buen tiempo, como IBERO. Y así direccionó su imagen.


 





O el caso del Instituto Tecnológico Autónomo de México, por todos conocido como ITAM. Al momento de recabar información para la realización de este post, me entero que poseen un escudo el cual no se conoce en ámbitos públicos, externos.


En palabras del rector del Tecnológico de Monterrey, David Noel Ramírez, la estrategia visual a partir del 2014 va orientada en dos fases, por un lado es tener una cara pública, comercial, informal que represente al Tec a través del logotipo de la antorcha con una versatilidad en colorimetría y agilidad visual penetrante.

Y otra faceta, la oficial, constituida por el escudo conocido. Así lo dijo Noel Ramírez: "Hoy nuestro escudo es el símbolo que mejor representa la tradición y prestigio académico del Tecnológico de Monterrey. Por eso decidimos mantenerlo intacto en todos y cada uno de sus elementos. Nuestro escudo es un homenaje a todos aquellos que a lo largo de la historia han contribuido a hacer del Tecnológico de Monterrey un orgullo para la comunidad y para México. De ahora en adelante lo utilizaremos exclusivamente para los eventos y documentos de mayor relevancia, como son los títulos académicos y las ceremonias oficiales" - See more at: http://goo.gl/JLqt3d

Así, sin duda alguna, el nuevo logo es una imagen que conecta muy bien con nuevos públicos inmersos en un ambiente de hipercomunicación de imágenes y marcas, se tiene uno que orientar por lo simple, lo sencillo y recordable.


Si nos gusta o no, esa es otra historia. Podemos hacer varias puntualizaciones respecto de la similitud del nuevo logo con logotipos de otros mercados de productos o servicios. Pero lo que sí es un hecho es el acierto en la estrategia de la comunicación visual del Tecnológico de Monterrey.

En el video difundido por el sistema tecnológico ante el cambio de estrategia, se informa que el desarrollo de la nueva estrategia fue un proceso que llevó poco más de dos años y que incluyó (como debe de ser) un estudio cualitativo con más de 2000 encuestas aplicadas y un estudio cualitativo con 25 entrevistas en profundidad, lo cual garantiza que no fue una simple solicitud a un despacho de diseño para que “hicieran el nuevo logo”. Fue un estudio de branding que partió de una premisa fundamental: ¿se tiene la estrategia visual adecuada?, la respuesta era prácticamente obvia, pero había que conocer hacia dónde debía moverse el objetivo.


Ya para concluir, soy de los que observa este cambio con buenos ojos y adecuado pensamiento estratégico. Insisto, la ejecución sería objeto de otro post; muy criticable quizás, pero la orientación es la correcta, sin duda. Con una conexión mucho más próxima a los nuevos clientes. A final de cuentas, los exatecs ya son (somos, porque también lo soy) parte de un público cautivo, con identidad definida. Era fundamental ir por nuevos consumidores. Así lo han hecho los grandes y no veo por qué no hacerlo en México.